Con la elección de, Nicolás Maduro,
como mandatario del país venezolano, se confirma el continuismo populista con
inmensas dádivas hacia los seguidores de su partido, con sumas mensuales para
ociosos, producto de la riqueza petrolera que esta nación posee.
Pero en el Perú, estos comicios abren
la posibilidad de que nuestra patria se convierta en cuna de capitales
extranjeros, a pesar que las aguas están movidas en diversos políticos, muchos
de ellos conducidos por la acción del presidente, Ollanta Humala, al reconocer
prematuramente una victoria casi empate con la derrota.
La razón de subsistir de cada país
consiste en sus principios democráticos y económicos, pues los inversionistas
no apuestan su capital en países donde las reglas de juego estén turbadas por
la inflación, delincuencia y libertad de expresión, entonces es ahí donde las
puertas de nuestro mercado se abren al mundo, y mientras exista la desconfianza
en el resto de países de la región, el Perú será el elegido.
Aunque la reacción del viaje del
presidente Humala a Venezuela y el firme respaldo de la Unasur, con él a la
cabeza expresan ciertos temores quizás de un cambio de acera de la política
peruana actual, es grato reconocer la polémica de nuestra oposición de las
bancadas, lo cual connota el respaldo y respeto de las políticas económicas
para los grupos inversionistas que están en nuestro país.
Tenemos que ser ajenos e indiferentes
a los modelos políticos de otra nación, y en cada error que sus representantes
de gobierno cometan ver una posibilidad de mejora de nuestro país ante los ojos
del mundo, como sucede entre Perú y el resto de países de América.
Este es el momento de aprovechar y
acaparar democráticamente lo que un país como Venezuela desperdicia: las
inversiones extranjeras, debido al asistencialismo canceroso que padece, el
momento es ahora, porque el gobierno de Maduro ya no tiene respaldo absoluto y
quizás a corto plazo Venezuela rompa su autocracia, y termine siendo una
competencia firme y por último arrancharnos el segundo lugar que hemos ganado,
entonces tenemos que aspirar a ser el país número uno de América Latina.
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